Ermita de San Roque

Actualmente conocida como Ermita de San Roque, esta pequeña ermita fue erigida en el siglo XIII (1240), por los caballeros de la orden del Temple, con el nombre de San Blas, posteriormente San Mateo, convirtiéndose así en el edificio histórico más antiguo.

Es el edificio histórico más antiguo de Cabeza del Buey. Se erigió en 1240 por los Caballeros de la Orden del Temple que eligieron la legendaria ubicación de la Venta del Buey para su construcción, motivados por el desarrollo de la riqueza agrícola y ganadera de la localidad, y con intención de controlar el Camino Real hacia la actual Belalcázar, así como otros caminos que iban al Valle de Alcudia y el Camino de Lares. Primeramente, se le conoció con el nombre de San Blas o San Blasco; posteriormente como San Mateo en el siglo XVI, y desde el siglo XVIII tiene la advocación a San Roque, santo protector de la peste y el cólera, y patrón del Honrado Concejo de la Mesta, de la que, en el siglo XVIII, tomaría el soportal característico de estas arquitecturas: el porche sobre columnas y arcos de medio punto en la fachada que mira a poniente.

En el interior nos encontramos con una sola nave sustentada por tres enormes arcos ojivales y techumbre de madera. El ábside, de cabecera cuadrada y cerrado con bóvedas de crucería, está decorado con pinturas al fresco, que presentan motivos simples y de carácter muy popular, pertenecientes al barroco final.

En el año 2017 estas pinturas fueron restauradas, gracias a la Junta de Extremadura, tanto las pinturas de la bóveda como las del lado del Evangelio. En esta actuación se hicieron una serie de acciones con el fin de consolidar esta zona, devolviéndole toda la estabilidad mediante la limpieza y eliminación de añadidos tanto de cal como de morteros. La segunda fase de restauración fue en 2018, obra que se hace en el muro del lado de la Epístola y en la cabecera, continuando así la  intervención de todo el conjunto, al poner freno a los graves deterioros de los muros, con el fin último de recuperar todo el esplendor de las figuras, que la cal y los repintes ocultaban.

Imágenes todas ellos en honor de San Roque, cuya talla albergaba la ermita ya  en 1634 (acompañada entonces de perro y ángel), celebrándose procesión el 16 de agosto, fiesta local desde el siglo XVIII, dedicada a los zagales. Días previos se oficia la novena; y el santo sale en procesión, portado a hombros por cofrades, junto a la Banda Municipal de Música de la localidad; y precedido por una persona que va corriendo la bandera de San Roque; acto que  consiste en realizar una serie de movimientos vehementes con la insignia y su mástil mientras redoblan los tambores. Se trata de una tradición que ha sido rescatada hace varios años por la cofradía, una antigua cofradía que ya existía en el siglo XVIII, y que más allá del júbilo y la oración también se ejercitaba en la virtud de la caridad.

 

C. Guadiana, 23
634671272