Enclave estratégico
La Ciudad de Cabeza del Buey se asienta en la ladera norte de la Sierra del Pedregoso (estribación de Sierra Morena) que cruza su término municipal de Este a Oeste con 18 km y de Norte a Sur con 35 km de longitud. La Sierra del Pedregoso forma una cadena montañosa con elevaciones de importancia, como la de Tiros (957 msnm), Sierra de la Rinconada (844 m), Collado de la Nava (831 m), Majada de las Vacas, Majada de la Peña (895 m), Cruz del siglo XX (866 m) y Almonacid. La situación estratégica de esta Ciudad es de primer orden, puesto que se situa al Este de Extremadura y a escasos kilómetros de Andalucía y Castilla la Mancha.
Cruce de caminos
Referente en la comunicación por vía férrea para las comarcas de La Serena, La Siberia y Los Pedroches en la provincia de Córdoba.
Prehistoria
Durante la primera treintena del siglo XX, se llevaron a cabo pormenorizados estudios de la época paleolítica, y gracias al abate francés Henri Breuil, la población de Cabeza del Buey le debe a dicho clérigo que hoy se conozca su añejo pasado histórico. Puesto que la Comarca, y desde los tiempos más remotos, la habitaron los primitivos íberos que dejaron la huella de su paso, debido a la abundancia de cuevas naturales que les proporcionaron un hábitat adecuado para resguardarse de las inclemencias climáticas y cubrir sus necesidades primarias en los entornos cercanos a sus asentamientos.
Saltando a otras épocas, como son la del Neolítico, la Edad del bronce y la Edad del hierro, hay que establecer una fecha no concretada para comenzar la historia conocida de la comarca que debió de ser similar a los territorios del entorno. Como además de las pinturas rupestres existentes en los enclaves vecinos a Cabeza del Buey, existen vestigios de la época romana.
Edad media
Cuando en los primeros años del Siglo V se produce la invasión visigoda, Cabeza del Buey debería tener cierta importancia comercial y estar unida por calzadas de tránsito regular con los asentamientos romanos de Medellín y Mérida, entre otras poblaciones de la actual región extremeña. Pero si la Península Ibérica había experimentado un extraordinario desarrollo bajo el dominio romano, desarrollo que se frenó en la época visigoda hasta el siglo VIII.
Durante el periodo visigodo y en los años precedentes y posteriores al inicio de la Reconquista, la comarca de Cabeza del Buey irá perdiendo su importancia debido al aislamiento que se produce por los enfrentamientos militares fronterizos. Será a partir de 1212, y debido a la Batalla de las Navas de Tolosa cuando esa comarca emprenda su resurgir al incrementarse la presencia castrense de los tercios castellano-leoneses y la colaboración de las Órdenes militares que operaban en Extremadura. A partir de 1526 la zona quedará incorporada a los reinos Castellano-Leones gracias a la colaboración de los caballeros templarios.
Reconquista
Después de estas fechas, y consolidada la Reconquista, toda la comarca de La Serena se verá sometida a una disminución de su poblamiento por estar cerca de la zona fronteriza entre cristianos y musulmanes. De todas formas, será a partir de la tercera década del siglo XIII cuando este núcleo urbano comience a conocérsela por el nuevo nombre de “CabeÇalbuey”; y por su desarrollo posterior que comienza en la primera mitad del siglo XIV, puesto que este poblado aparece mencionado en el Libro de la Montería de Alfonso XI. Parece ser que a partir de esas fechas, Cabeza del Buey ya empezaba a ser poblamiento de importancia en la Comarca de La Serena.
El emperador Carlos I, concede a esta población privilegio, eximiéndola de la jurisdicción de Villanueva de la Serena en el año 1520.
edad moderna
A últimos del siglo XV, tiene lugar el asentamiento en Cabeza del Buey de una familia poderosa e influyente, cuyo miembro más destacado, fue Don Frey Martín Rol Álvarez, caballero de la Orden de Alcántara y comendador de la encomienda de Almorchón y de la villa de Cabeza del Buey, que vino a ella acompañado de otros caballeros, todos procedentes de Trujillo, como los Arévalo y los Calderón de la Barca, que han dado origen a una descendencia de familias importantes en la localidad.
Según las crónicas de los conventos de San Miguel, de la Orden Franciscana, escrita por Fray José de Santa Cruz en 1671, el convento de Concepcionistas Franciscanas de Cabeza del Buey, del que D. Martín Rol es fundador, es de los primeros conventos que se crearon por las hijas de Santa Beatriz de Silva para honrar a la Purísima Concepción, al servicio de Dios, comodidad de sus parientas y otras doncellas que quisieran tomar el habito de religiosas.
Datos extraidos del libro «Historia de Cabeza del Buey»